Estatus 3.0
Estatus 3.0, navegando el “Nuevo Estatus Quo”. La importancia del estatus en los programas de fidelización y recompensas.
En la sociedad digital actual, el estatus se ha transformado y se ha vuelto mucho más polifacético que nunca. Ya no se trata únicamente de que marca de coche conduces, las marcas de ropa que te pones o el vecindario en el que vives; todo ha trascendido desde las posesiones físicas y se ha adentrado en el ámbito digital. La definición de estatus ha evolucionado desde el “Estatus 1.0”, que encapsulaba la riqueza material y la posición social, al “Estatus 2.0”, donde la popularidad y la influencia en las redes sociales se volvieron primordiales.
Mi experiencia como “Influencer” en la primera década del siglo XXI.
Gracias a la web 2.0 y las redes sociales, he vivido experiencias increíbles. He experimentado viajes que habría sido imposible vivir si no hubiera estado presente cómo Travel Blogger en turismo, bueno ahora se les llaman influencers, por allá el 2009 éramos bloggers o videobloggers. Uno de los videos a los que le guardo más cariño, es este hecho con mi hijo Unai que grabamos cuando creo tendría 7-8 años, en un viaje a La Rioja en familia promocionando el Barranco Perdido.
Del estatus 2.0 al estatus 3.0
Hoy estamos en transición hacia lo que denomino el “Estatus 3.0”. En esta nueva era, el estatus empieza a definirse por tu inversión en criptomonedas, la propiedad de Coleccionables Digitales (NFTs) que tengas, aplicaciones y metaversos web3 en que participas, etc.
Para las empresas, esta transición del marketing Web 2.0 al marketing Web3 representa una oportunidad significativa. A medida que adoptamos el “Estatus 3.0”, las marcas también deben evolucionar sus estrategias de marketing, programas de fidelización y recompensas para adaptarse a esta nueva definición de estatus. A día de hoy suena como lejano, igual de lejano que era pensar hace 15 años, que las redes sociales iban a cambiar el marketing y la comunicación. Hoy estamos frente a otro cambio evolutivo que poco a poco se irá produciendo.
En el “Estatus 1.0”, los programas de fidelización eran simples. Recompensaban a los clientes por comprar productos o servicios con frecuencia. Recuerdo cuando mi abuela Antonia me mandaba hacerle la compra al super y siempre me recordaba, no te olvides de los sellos, esos que cuando tenías la cartilla llena te regalaban un juego de paellas.
Sin embargo, con el auge del “Estatus 2.0”, las empresas tuvieron que considerar algo más que solo la frecuencia de compra. Las marcas debían reconocer la influencia de sus clientes e incorporar elementos como compartir en redes sociales, me gusta, seguidores, etc.
Ahora, cuando empezamos a entrar en el “Estatus 3.0”, el concepto de estatus se vuelve aún más complejo, pero también más intrigante para las empresas. Este nuevo paradigma requiere que las empresas reconozcan la riqueza digital de sus clientes y su participación en el espacio web3. El concepto de recompensas se ha expandido, de regalar productos o servicios físicos a ofrecer experiencias digitales únicas, activos o acceso exclusivo a ciertos eventos web3, especialmente a través de Coleccionables Digitales (NFTs).
Por ejemplo, en lugar de ofrecer un descuento en la próxima compra, las empresas pueden recompensar a los clientes con Coleccionables Digitales exclusivos (NFTs) que no solo sirven como un distintivo de lealtad, sino también como un activo que podría apreciarse con el tiempo o tiene una utilidad específica que va más allá del descuento.
Las empresas también pueden aprovechar el concepto de “estatus” para impulsar la competencia y aumentar el compromiso (Engagement). Los seres humanos están inherentemente impulsados por el estatus y el reconocimiento. Cuando las empresas gamifican sus programas de fidelización, crean un sentido de competencia que puede incentivar a los clientes a participar más, fomentando la fidelidad a la marca y, posteriormente, las ventas. Sin embargo, es esencial que las empresas encuentren un equilibrio. El objetivo no debe ser hacer que los clientes se sientan inadecuados si no tienen un cierto nivel de riqueza digital o compromiso. Más bien, debe tratarse de crear un sentido de comunidad y pertenencia a la marca, el tan deseado engagement.
Evolucionar los programas de fidelización con el estatus 3.0
En este contexto, los programas de fidelización deben ir más allá de las transacciones y ofrecer un valor añadido significativo. Las marcas pueden utilizar las tecnologías emergentes para proporcionar experiencias inmersivas, como acceso a mundos virtuales exclusivos o eventos en vivo en el metaverso, en turismo lo llamamos Turismo Firtual con “F”. Estas experiencias no solo refuerzan el estatus digital de los usuarios, sino que también generan una conexión emocional con la marca, lo que es crucial para la fidelización a largo plazo.
Además, la personalización se convierte en un aspecto clave en la era del “Estatus 3.0”. Las empresas deben ser capaces de comprender y analizar los comportamientos y preferencias digitales de sus clientes para ofrecer recompensas y experiencias personalizadas. Esto no solo aumenta la relevancia de las recompensas, sino que también hace que los clientes se sientan valorados y comprendidos, fortaleciendo su lealtad. Las plataformas de inteligencia artificial y análisis de datos juegan un papel fundamental en este proceso, permitiendo a las marcas ajustar sus estrategias de manera más eficiente y eficaz.
Evolución constante a través de la innovación
Finalmente, es importante destacar que el “Estatus 3.0” no es un concepto estático; está en constante evolución. Igual le pasa al marketing Firtual que mucho tiene que ver con este estatus 3.0 . Las empresas deben estar dispuestas a adaptarse rápidamente a los cambios en las preferencias y comportamientos de los consumidores. Esto puede implicar la integración de nuevas tecnologías o la reconfiguración de los programas de recompensas para mantenerse al día con las tendencias emergentes. La flexibilidad y la capacidad de innovación serán claves para que las marcas se mantengan relevantes y atractivas en un mercado cada vez más competitivo.
En conclusión, el “Estatus 3.0” ofrece un potencial inmenso para que las empresas reconsideren sus programas de fidelización y recompensas. A medida que el concepto de estatus en nuestra sociedad continúa evolucionando, también deben hacerlo nuestras estrategias empresariales. Al comprender y adaptarse a estas nuevas definiciones de estatus, las empresas pueden crear programas de fidelización más atractivos y significativos, fomentando relaciones más sólidas con sus clientes y promoviendo el crecimiento en el proceso.